Por el conjunto de su obra escrita, el Opus Dei tacha a Albert Camus de repulsivo.
El extranjero
Prohibido por inconsistente:
"El argumento, con el
romance como telón de fondo, no convence. Ante los ojos de un lector con
discernimiento, el falso optimismo de Meursault y la mística camusiana sobre
la felicidad caen por su propio peso ante una deliberada repulsa de Dios y de
la vida eterna".
El hombre rebelde
Prohibido por fatalista:
"La posición de Camus es
generalmente gratuita. No hay que buscar en esta obra argumentos históricos,
demostraciones, rigor de pensamiento: el autor es más un literato que un
filósofo. Selecciona a su modo la historia, para pretender presentar lo que es
ya el punto de partida: que el hombre no tiene literalmente nada que hacer en
el mundo. En un contexto filosófico, Camus es una especie de tránsfuga del existencialismo:
es la agudización personal de la primera fase de Sartre, autor con el que
polemizó mucho pero del que depende. En realidad, Sartre representa la
continuación lógica de Camus: si Dios no existe, tampoco existe una
"naturaleza humana" inmutable".
La caída
"Todo este planteamiento
y, en concreto, este pesimismo moral, se opone radicalmente a la verdad
cristiana, que describe al hombre herido ciertamente en su naturaleza, pero
capaz de obrar con rectitud y —con la ayuda de la gracia— meritoriamente. En
Camus, aunque el individuo originariamente fuese bueno, estará irremisiblemente
abocado al egoísmo".
Los justos
Prohibido por ambiguo:
"A pesar del aparente
humanitarismo y de la vaga sensación de filantropía en que quedan envueltas la
mayor parte de las páginas de Los justos, es preciso decir que
este libro de Camus no contribuye para nada a la clarificación de los
problemas que plantea, sino que —al contrario— por la ambigüedad o la falsedad
de sus puntos de partida, oscurece irremediablemente la cuestión".
La Peste
"Camus es un psicólogo y
un moralista. Con una sobriedad totalmente clásica, concede el primer lugar a
las ideas y rehusa sacrificarlas a la magia del estilo. Pero sería un error,
desconocer su arte de escritor. Es un arte hecho de mesura y sobriedad. Un
estilo neutro, impersonal, lleno de anotaciones secas y monótonas, que se ha
vuelto inseparable del clima del absurdo. Es un estilo humilde, en tono de
confidencia, a través del cual, sin gritos, sin frases grandilocuentes, sin
ostentación de horrores, Camus protesta".
*Los fragmentos de texto han sido extraídos de los comentarios que se incluyen en el índice de recesiones del Opus Dei