Mario Vargas Llosa

Por el conjunto de su obra escrita, el Opus Dei tacha a Mario Vagas Llosa de licencioso.

Conversación en la catedral


Prohibido por inmoral:

“Conversación en la Catedral está objetivamente colmada de una inmoralidad espesa, subjetivamente narrada por el autor con una actitud de indiferencia, de no adjetivación: amoralidad casi total, neutra “objetividad” que se sitúa al margen del bien y del mal".








La ciudad y los perros


Prohibido por ser demasiado crítico:

“Toda la novela es gravemente inmoral, con defectos de forma y de fondo […]. Además, por el afán crítico y de denuncia que preside esta obra, los inconvenientes se acentúan, a base de presentar solamente realidades negativas. Por ejemplo, todos los protagonistas adolescentes pertenecen sin excepción alguna a familias deshechas o con graves problemas de desavenencia”.






El pez en el agua. Memorias

Prohibido por hereje:

“Mario Vargas Llosa se declara expresamente agnóstico. Las creencias religiosas son para él una cuestión que tiene su reducto en la conciencia privada. Cordialmente respetuoso con la Religión, no lo es así con las expresiones históricas del Cristianismo.
Por eso, es frecuente encontrar en otros escritos suyos de crítica literaria, histórica y política comentarios ácidos respecto a ciertas instituciones inspiradas en la fe cristiana, que revelan su poco conocimiento en esta materia, que no es sino sesgo y expresión intelectual de su opción agnóstica”.



La casa verde

Prohibido por satírico:

“Las monjas de Santa María de Nieva son retratadas, en ocasiones, con un humor satírico. Aparecen empeñadas en cristianizar a las indias, y para ello no dudan en poner medios inmorales, como la cacería de niñas indias en contra de la voluntad de sus padres. El cristianismo de las monjas es presentado frecuentemente con una perspectiva formalista, con una rigidez moral caricaturesca”.





La guerra del fin del mundo


Prohibido por su contenido sexual:

“[…] en su denuncia del fanatismo y como una muestra de las aberraciones a las que puede llevar el mismo, el autor describe diversas escenas de violencia sexual, motivada por venganza o por pasiones cegadoras”.








La orgía perpetua


Prohibido por promiscuo:

“El autor de La orgía perpetua admira la visión materialista de Emma Bovary, guiada únicamente por sus instintos y gobernada por la sensualidad de una vida cuyo único sentido y fin es el goce personal; y no sólo la admira sino que comparte con ella sus causas: predilección de los placeres del cuerpo sobre los del alma, el respeto por los sentidos y el instinto, amor a la vida terrenal por encima de cualquier otra... Creo que el autor refleja clarísimamente aquí su corrupto nivel de valores, su punto de vista animalizante en lo referente al hombre, defendiendo la importancia de lo corporal sobre lo espiritual, que, al fin y al cabo, es lo que hace al hombre ser hombre”.


La tía Julia y el escribidor

Prohibido por ser contrario al cristianismo:

“La tía Julia y el escribidor es, en una lectura superficial, una novela bien hecha, divertida y bastante atrevida, tanto en el lenguaje como en su desarrollo. En profundidad, encierra un mensaje hedonista, cimentado en un materialismo sin militancia política, cuyo propósito es atacar, sin violencia visible, las bases de la concepción cristiana de la vida”.








Los cachorros



Prohibido por pecaminoso:

“Algunas veces las narraciones sobre la actitud de los muchachos en el noviazgo, parecen desconocer la existencia de la Ley Natural. En las conversaciones sobre este tema hay un clima de curiosidad morbosa, aun cuando los hecho narrados no sean en sí mismos contrarios a la moral”.





*Los fragmentos de texto han sido extraídos de los comentarios que se incluyen en el índice de recesiones del Opus Dei